Afirman que el supercepo complicará las importaciones

Luego de la resolución del Banco Central de la República Argentina (BCRA) que estipuló la restricción en la compra de dólares, diversos sectores se encontraron inmersos en problemas para sus transacciones.
Con el endurecimiento del cepo, el ingreso de insumos para la industria provenientes de Oriente estarían en una seria dificultad, advirtió el presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (Cira), Rubén García.
Es que según las nuevas condiciones restrictivas, las empresas que tienen que comprar en el exterior materias primas, bienes intermedios o bienes de capital deben ingresar los productos a la aduana a los 90 días de haber accedido al mercado de cambios. De lo contrario, los importadores pueden sufrir la baja del Cuit y quedar suspendidos para operar.
“Es imposible cumplir con eso. Hay que tener en cuenta que el tiempo de tránsito desde Oriente está entre 45 y 50 días, y que después los barcos, para entrar a un puerto, pueden demorar entre una y dos semanas”, señaló García en declaraciones a Ámbito.
Según señaló el empresario, los importadores necesitan tener una “solución ya” porque a su criterio “no pueden esperar al 10 de diciembre” al cambio de gobierno para ver qué se puede hacer con la nueva versión del supercepo.
Con la reducción en la capacidad de compra, de 10.000 dólares a sólo 200 dólares, diversos funcionarios del BCRA sostienen que todo este tipo de medidas no afectan al comercio exterior. Por caso, de la versión uno del cepo adaptaron los plazos de liquidación de divisas para los exportadores, de acuerdo con el tipo de bien. Por ejemplo, los de soja tienen 15 días, mientras que los de gas 30 y los de maíz pisingallo, hasta 180 días.
Los importadores entienden que la modalidad elegida para el caso de las compras al exterior podría comenzar a complicar la producción de las fábricas locales, que son altamente dependientes de la importación de bienes intermedios.
“El 80% de lo que se importa es para la producción. Si no se puede importar, tampoco se puede exportar”, dijo García, tras recordar que debido a la delicada situación financiera que tiene el país, la única fuente de dólares es el comercio exterior superavitario.
Por otro lado, aseguró que funcionarios del Central entienden que técnicamente el sistema implementado es para evitar que se diluyan las reservas hasta el recambio de gobierno. “Nos dicen que es una decisión política”, dijo.
Por ello, el Cira solicitó la modificación del plazo de anticipo de 90 a 365 días, a fin de minimizar los costos. En tanto, también pidió eliminar la exigencia de que los importadores sólo puedan pagar en las cuentas del exportador del exterior. Afirman que es común que se abone en otras cuentas indicadas por el proveedor.
Advierten que bancos no entregan divisas
Estiman que los controles en importación se acentuarán
La fuerte restricción a la compra de divisas extranjeras derivó en la merma en la capacidad de compra para pequeños ahorristas. Ahora sumó un nuevo capítulo: más controles a las importaciones.
Según consideró el economista Federico Walhberg a El Territorio, “los caminos del control del cepo al dólar ahora tienden que se acentuarán en una aplicación de barreras para arancelarias, que derivará en un pedido de permisos para importar, como ocurrió hace unos años”.
La medida buscaría restringir el ingreso de determinados productos, para proteger el sector productivo nacional sobre lo internacional.
Indicó que la medida impuesta por el Banco Central logró frenar el drenaje de dólares, dada la poca disponibilidad en el mercado y que, en pocos días, logró una baja en el caudal de demanda.
“Hay un fuerte control cambiario, que difícilmente pueda retrocederse. Es una medida que persistirá en el tiempo para evitar que las reservas en dólares del Banco Central continúen”, detalló.
Añadió que la aplicación del control en la compra de divisas buscará que se pierda más dinero, en la víspera de próximos pagos de los vencimientos de deuda, que se debe abonar hacia fin de este año.
Además, anticipó que “la vigencia del cepo regirá en la medida que se busque fortalecer el número de reservas del Central”.
Sin embargo, explicó que la medida no puede ser sostenida a largo plazo.
“Además de la aplicación del cepo, se tiene que pensar en otro tipo de medidas que fortalezcan las reservas y el consumo, que viene en caída en la Argentina. La situación real es que la economía está frágil y que los niveles de reservas están casi vacías”, detalló.
Sobre los sectores más afectados por la medida restrictiva, señaló que se encuentran las pequeñas y medianas empresas.
“Muchas de las pymes, que buscaban crecer, con esta medida se vieron perjudicados al momento que tenían que realizar algún tipo de giro hacia el exterior”.
Como conclusión, Walhberg planteó que una medida posible será la desdolarización de la economía local para combatir el flagelo de la inflación.
“En este contexto, es clave aplicar una medida de corrección al mercado, que se base en la moneda local. Creo que una posible desdolarización de la economía eliminará uno de los problemas de la Argentina, que es la inflación”, subrayó.
Fuente: El Territorio